lunes, 19 de noviembre de 2012

“Me duele arriba, en la espalda. El trapecio”




Todos hemos sentido alguna vez el incómodo dolor del músculo trapecio, o lo que es más conocido como dolor de la parte baja del cuello o de la parte alta de la espalda.

El trapecio tiene una serie de zonas que son más vulnerables a las lesiones tipo nudos musculares, desgarros y similares, provocados por acciones inconscientes, posiciones inadecuadas mantenidas largos periodos de tiempo o actividades que cargan demasiado dicha zona muscular.



En muchas ocasiones y por la urgencia de volver a recuperar la “salud” recurrimos a medicamentos o a un acto de ceder nuestro poder a otra persona en la que apostamos nuestra inversión, como puede ser un masajista u fisioterapeuta que soluciona temporalmente nuestro problema, por que todos sabemos que ir a la lesión física directamente (y hay casos graves que necesitan de ello para poder seguir sus actividades diarias) no soluciona el origen que ha provocado dicha lesión si no se trata el origen de dicho síntoma. 

Pero, ¿qué otra cosa puedo hacer ante un dolor tan incómodo?

Lo primero que tenemos que hacer es tomar el poder sobre nuestro cuerpo comunicándonos con él de forma directa, constante y consciente. Para conseguir ir habituándonos a estar en contacto con nuestro cuerpo y escucharlo va a ser muy importante comenzar nuestra propia práctica personal.

“Hacer yoga todos los días nos puede permitir tener una comunicación directa, transparente y efectiva con nuestro cuerpo, creencias, emociones y energía vital, que es lo que, finalmente, la razón de nuestra salud y bienestar”.

Hacer yoga todos los días nos va a proporcionar una base sólida para poder abordar todos y cada uno de los síntomas que vayamos experimentando, de una forma consciente, paciente y muy efectiva. Y esto no va a evitar que nuestro cuerpo siga manifestando síntomas, como tampoco podemos parar las guerras por ser pacíficos, aunque nos va a permitir saber abordarlos de una forma más paciente y responsable, comprendiendo que nosotros lo hemos provocado y nosotros podemos sanarlo.

Hay dos formas de verlo: tú tienes poder sobre el síntoma y lo sanas o tú no tienes poder sobre el síntoma y pides ayuda para que “otro” te quite el síntoma. Yo apuesto a que todos podemos ejercer nuestro poder individual, aunque para ello tengamos que recorrer un largo camino hasta tener el hábito de hacerlo casi de forma inconsciente.

Si actualmente sufres de dolor en esta zona muscular, te sugiero que lleves un poco de atención todos los días al síntoma desde la perspectiva "tomo la responsabilidad, te escucho y me abro a hacer lo que permita que te marches, es decir, a dejar de hacer lo que te mantiene ahí". Este mismo enfoque puedes añadirlo a tu practica personal, comprendiendo que la zona afectada necesitará tanto contracción como estiramiento, alargando el tiempo de los asanas en los que se estira la parte baja, media o alta de dicha zona muscular en el aspecto físico y llevando mucha atención a todo lo que surja en tu mente durante la práctica, para descubrir la razón de la manifestación del dolor y lo que debemos hacer para sanarlo. 

Todo esto llevará su tiempo pero, si lo haces bien, la sanación no será sólo de esa zona, sino, de muchas otras, pues, todo está conectado. 

A continuación te voy a mostrar donde se contrae y donde se relaja la parte alta de la espalda:

Asanas en los que se contrae: 

























Asanas en los que se estira:









Un fuerte abrazo y espero de todo corazón que tu salud mejore.