miércoles, 26 de diciembre de 2012

Tú eres la semilla del cambio




Seguimos avanzando en la “evolución” del ser humano olvidando que lo único que estamos haciendo es prolongar la convivencia con el miedo a vivir en amor entre todos  nosotros.

Seguimos convencidos de que debe producirse un cambio olvidando que dicho cambio nace en cada pensamiento, palabra y acto que desarrollamos durante cada segundo de nuestra existencia.

Seguimos esperando un cambio que podría estar naciendo aquí y ahora si decidiésemos pensar, comunicar y existir más amorosamente cada instante de nuestra vida.  

Y seguimos…

Cada día somos más los que hemos descubierto estar viviendo en un sistema que nos invita a estar dormidos, a manifestarnos desde el miedo, a un sin vivir que lo único que nos proporciona son destellos de esa dicha que es nuestra verdadera naturaleza.

Cada segundo seguimos abordando el día a día mirando el reloj en pos de un nuevo placer o de una nueva distracción olvidando que la dicha de vivir nace en el sencillo acto de respirar, estar y percibir la vida tal cual se desarrolla. Olvidando que la dicha nace en el sencillo compartir estar uno al lado del otro, de cerrar los ojos y comenzar a captar todo desde loso ojos y la sabiduría del corazón.

La dicha de vivir nace cuando decidimos exponernos de forma auténtica, de forma natural y sincera hacia los demás a pesar de la falta de costumbre y de ir en contra de lo que el sistema enseña.

Olvida por un momento todo y expresa de verdad desde tu interior sin memoria, sé amor sin tener que saber qué es o cómo se expresa, déjalo salir sin más a ver que ocurre. Es posible que te sorprenda saber que tú siempre has sido un maestro del amor, oxidado por el tiempo que llevas sin expresarlo. Y si ya lo eres y eres consciente de ello, además de tener buen rodaje tras tus espaldas, proyéctalo junto a todos los que ya lo están haciendo disfrutando de compartir tu valentía de estar en amor.   

La mayoría de nosotros, semillas divinas del amor, estamos estancados en un sistema mental que nos impide convertir todo lo que somos en el verdadero paraíso que la divina providencia ha dispuesto para nosotros. Un contexto donde, si cada ser humano que naciese, fura respetado como un alma divina, bailaríamos en amor, cantaríamos de placer, y sostendríamos el conocimiento de que todos somos una gran familia, la cual, puede apoyarse en la máxima de que LA LLAVE ES AMAR, sin más. Si cada uno de nuestros pensamientos, palabras y actos fueran proyectados desde esta verdad, el PARAISO, renacería ante  nuestros ojos.

A la espera de que pase de una forma global, os invito, hermanos míos a que cada uno de nosotros mantenga su granito de amor, lo ponga a partir de ahora con más constancia o se abra a manifestarlo de vez en cuando.

¡¡¡Sería mucho más divertido vivir, sabiendo 
que el amor es la nota preponderante!!!