jueves, 25 de abril de 2013

¿Quieres desarrollar sesiones completas de yoga? Introduce torsiones.


Son muchos los beneficios de los ásanas de torsión, de ahí la importancia de introducirlos en nuestra sesión de yoga.

Por citar algunos de sus beneficios, diremos que trabajan equilibrando nuestros dos hemisferios cerebrales, limpian las fosas nasales (si prestas atención al deshacerlos, percibirás que la entrada de aire por la nariz es más intensa y fluida), masajean, la mayor parte de ellos, la zona de los intestinos por la presión que demandan las posturas en sí. Equilibran y dan fuerza a la columna. Evitan que las desviaciones vayan a más, además de muchos otros.

Son muchos los músculos que participan en los ásanas de torsión, los cuales, se reparten por todos el cuerpo, haciendo que participen una gran cantidad de conjuntos musculares durante su desarrollo.

Los ásanas de torsión pueden desarrollarse añadiendo otros elementos de hatha yoga, como el equilibrio o la fuerza, aumentando así la dificultad de su ejecución. 


En muchas ocasiones me preguntan si es mejor hacer un ásana fácil o difícil, y yo respondo que la facilitad o dificultad de un ásana tiene mucho que ver con nuestro estado físico, mental, emocional y energético, por lo que debemos comprender que lo importante es tener la disciplina y la constancia suficientes como para practicar con una actitud de trabajo mental y corporal que nos permita crecer en todos los aspectos. Debemos abrirnos a plantearnos retos, es decir, hacer ásanas que “creemos complicados o imposibles” con la sola intención de darnos cuenta de que todos son posibles si los abordamos con disciplina y constancia y que, al igual que la pinza o el pez, aportan una gran satisfacción al realizarlos.

Introduce en tu sesión ásanas de torsión, variando su ejecución, tanto desde de pie, como sentado, con las piernas estiradas, cruzadas, boca abajo o boca arriba y verás los grandes beneficios y el placer que te transmiten todos ellos.

Espero que este pequeño artículo sea de tu agrado. 


miércoles, 3 de abril de 2013

Yoga: Trabajar mente y cuerpo.




Ya comienza a hablarse más a menudo de yoga a nuestra alrededor y es que no cabe duda de que hacer una práctica en la que se trabaje cuerpo y mente, mejorando el funcionamiento de ambos, no tiene desperdicio.

Todos queremos ser felices y disfrutar de vivir y para ello necesitamos que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen en perfecta armonía. La práctica de yoga nos aporta las guías necesarias para lograr dicho objetivo.  

Uno puede realizar deporte y encontrar satisfacción en ello, mejorando su aspecto y en gran medida la sensación de bienestar, pero, en la mayor parte de los casos la mente sigue siendo un obstáculo para conseguir el estado de bienestar que realmente necesitamos.

De igual forma, uno puede trabajar la mente (con distintas disciplinas que son pasivas y van enfocadas a abordar la mente directamente) y ver que al final el cuerpo es un sistema de huesos, tendones y músculos que necesita ser trabajado, estirado, fortalecido para transmitir buenas sensaciones; comprendiendo que la mente y el cuerpo deben ser trabajadas al unísono.   

De ahí que todo aquel que sea acompañado de forma eficaz en el arte del yoga termine integrándolo en su vida. A veces es la respiración consciente, otras la conciencia sobre el cuerpo cuando estamos haciendo alguna actividad y en muchas ocasiones es utilizado como la forma más eficaz de canalizar nuestros bloqueos internos a nivel mental o emocional. Pero, de una forma u otra, nos permite tocar cuerpo y mente, que para el caso, es lo más eficaz para lograr estar bien en la vida.  

En muchas ocasiones termina, por el puro placer que uno siente, siendo nuestra forma de vivir.

Y es que el yoga es simplemente una forma equilibrada de vivir la vida. La presencia que nos aporta, la concentración que nos concede, la fuerza, elasticidad, equilibrio y bienestar que emerge en nuestro cuerpo son suficientes razones como para hacer de él nuestra práctica personal o forma de vivir.

Pero es que además el yoga es compatible con cualquier otra actividad que hagas en tu vida diaria, es más, potencia la creatividad, la concentración y la fuerza que luego podemos aplicar en otras facetas, profesiones o trabajos personales.

Hay miles de casos de actores, cantantes, deportistas, entre otras profesiones que ya han hecho del yoga su base de trabajo personal. Más allá de esto, todos tenemos un cuerpo y una mente con la que convivir y lograr estar bien, de ahí la importancia de prestarles atención y hacer lo que esté en nuestras manos para mantenerlos en forma.  

De todas formas y tras lo que he dicho hasta ahora si eres de esas personas que no consiguen sentirse bien consigo mismas, que arrastra constantes problemas de salud o que no disfruta de vivir, ¿qué te impide tomar nuevos senderos en los que encontrarte con un nuevo yo, en el que tu cuerpo y tu mente funcionen en armonía?

Todo ser humano tiene una primera necesidad, tras respirar, la de ser feliz. Por eso el yoga está siendo uno de los sistemas más eficaces de cara a ayudar a los demás a estar bien consigo mismos. De todas, formas, todo sistema de trabajo personal que integre el cuerpo y la mente, manteniéndolos en forma y armonía será tan eficaz como la práctica de yoga.

Un abrazo y espero que este artículo haya sido de tu agrado.