domingo, 24 de agosto de 2014

Tres pasos para canalizar la ira



Todos hemos tenido alguna vez un brote de enfado que, por las formas en las que se ha manifestado podemos englobarlo en uno de los siete pecados capitales que llamaremos la ira.

Cuando la ira estalla es difícil no pensar, decir o hacer algo que hiera a los que están cerca, por lo que, sería muy sabio saber qué hacer ante esta emoción que puede causar tanto daño.

Lo primero que uno debe hacer ante un brote de ira, sobre todo si ya los ha vivido antes y su mente y cuerpo caen en esta tentación, es elevar la capacidad de observarse para identificar cuanto antes los primeros efectos de esta emoción. De esta forma podremos atajarla cuanto antes para que no termine controlando nuestra mente y nuestro cuerpo.

El segundo paso es, una vez que uno es consciente de que llega, respirar con mucha profundidad y aplicar la siguiente frase en su mente "todo sucede de la única forma que puede pasar" y "nosotros somos creadores de nuestra realidad y experiencia vital". De esta forma entenderemos que debemos tomar la responsabilidad en lo que está pasando como participantes directos y no sólo como meros espectadores consiguiendo así calmar la mente y sosegar nuestro estado emocional.

El tercer paso es ver la situación, persona o experiencia concreta desde la siguiente perspectiva "todo lo que lleva a nuestra vida es atraído por nosotros, consciente o inconscientemente, por lo que tendremos que asumir dicha experiencia, vivirla y hacer el mejor papel que estemos preparados para cumplir".  Lo que fortalecerá el segundo paso, ayudándonos a sosegarnos y aceptar lo que sucede como un regalo de la vida, positivo y bueno y no como algo por lo que elijamos enfadarnos y culpar a los demás.

Espero que estos tres pequeños recursos te ayuden a moderar tus estados de enfado y a elevar tu calidad de vida.


Un abrazo.